Tag: The Power of Paint (el poder de la pintura)

Tag es un puzzle en primera persona que recuerda a Portal (veremos en parte por qué) y donde dispararemos pintura para avanzar. Sus desarrolladores, Tag Team, lo crearon como proyecto de clase en el DigiPen Institute of Technology, y ganaron con él la muestra de estudiantes del Independent Games Festival de 2009.

Resolveremos puzzles aprovechando el poder de cada color.

En Tag, disponemos de una pistola de pintura que podremos utilizar de manera ilimitada a medida que recogemos botes de distintos colores situados en distintos puntos de los escenarios. Cada uno de los tres tonos que recogeremos (verde, rojo y azul) nos confiere una habilidad especial al tocar superficies pintadas con él. Así pues, si pintamos una parte del suelo de color verde, rebotaremos al pisarla; si la pintamos de rojo, correremos a gran velocidad al pasar por encima; finalmente, el color azul nos permitirá quedarnos pegados y caminar por paredes y techos. Además, podremos limpiar la pintura que no nos convenga con el click derecho.

Vox Populi, Vox Dei: destripando hombres lobo

Vox Populi, Vox Dei (a werewolf thriller) es un juego flash de acción en dos dimensiones en que deberemos infiltrarnos en la base de nuestros enemigos, los hombres lobo, para liberar a una joven.

"La voz del pueblo es la voz de Dios". Pues el juego no tiene nada que ver.

En Vox Populi nos metemos en la piel de alguien parecido a un ninja a quien informan de que la chica que le rompió el corazón ha sido raptada por licántropos. Así pues, dejamos de hacer flexiones y nos ponemos inmediatamente en marcha, destripando a todo bicho viviente que se nos pone por delante. Y es que el protagonista no se privará de mancharse de sangre si es necesario para llegar a la celda donde han retenido al desamor de nuestra vida y poder escapar con ella.

Depict1: a merced de un mentiroso

Depict1 es un extraño plataformas de navegador en que deberemos escapar a través de 30 niveles distintos. Mientras, una voz nos irá dando instrucciones que será mejor ignorar.

En depict1 estamos a merced de alguien que no parece querernos demasiado.

En este juego controlamos a un personaje con capucha que es liberado de su celda por un extraño al que no vemos la cara. Este "salvador" nos irá dando órdenes y directrices que supuestamente nos ayudarán a escapar, pero pronto aprenderemos que sus ideas no son las mejores y no parece estar de nuestra parte.

Así, a lo largo de 30 niveles iremos avanzando hasta llegar al haz de luz vertical de cada nivel, sorteando trampas y enemigos y pensando cada uno de nuestros movimientos para seguir avanzando. Y es que depict1 tiene ciertas dosis de puzzle, por lo que habrá que pensar y experimentar, a veces con una lógica algo extraña, para poder llegar al final.

Continuity: reordenando el entorno

Continuity es una mezcla entre plataformas y puzzle donde recorremos escenarios monocolor en los que encontrar llaves y abrir puertas con ellas. Visto así parece fácil, pero la cosa no es tan sencilla.

Vale, la llave está justo delante. Ahora solo hay que llegar hasta la puerta.

El juego consiste en atravesar varios escenarios, que se muestran en forma de cartas, las posiciones de los cuales son intercambiables al estilo de los rompecabezas deslizantes. Es decir, que pulsando la barra espaciadora podremos parar la acción y reordenar las piezas de manera que la zona que antes estaba sobre nuestra cabeza nos quede ahora a un lado, por poner un ejemplo. Si caemos al vacío y debajo del área donde nos encontramos no hay nada, tendremos que repetir el nivel. Una idea curiosa, innovadora y que cada vez va complicando más las cosas, obligándonos a pensar y probar si queremos encontrar el camino correcto entre las opciones disponibles.

Wrestle Jump: tragedia de dos siameses

Los lunes no hay muchas ganas de andarse con complicaciones. Siguiendo ese espíritu, y en aras de la variedad, hoy traemos una propuesta que se juega con un botón (igual que éste, del que ya hablamos hace unas semanas), de lucha y además multijugador.

En Wrestle Jump no hay piedad; sólo sufrimiento.

Wrestle Jump es tan simple como lo que sigue: nos propone el control de uno de los dos luchadores disponibles y, con la ayuda de la flecha arriba o la tecla W, machacarle la cabeza al contrario contra el suelo, las paredes... muchas veces después de dar volteretas como idiotas durante un rato. Así de fácil. Agarrados al contrincante y sin poder soltarnos, la idea es ir pulsando la tecla correspondiente para mover las piernas y así conseguir que el rival toque con (o estampe) la cabeza en cualquier superficie, con lo que obtendremos una estrella y se iniciará un nuevo asalto.

The Company of Myself: apóyate en ti mismo

En The Company of Myself, nos ponemos en la piel de un hombrecillo que nos sumerge en una extraña historia narrada por él mismo.

En esta propuesta, deberemos resolver puzzles gracias a nuestra propia ayuda.

En este juego, controlamos al personaje a lo largo de breves fases en las cuales el objetivo es llegar a una puerta verde. Primero sin ayuda de nadie, más adelante gracias a nuestra propia ayuda, iremos avanzando y resolviendo situaciones mientras el protagonista nos va contando su historia. ¿Y qué significa eso de "nuestra propia ayuda"? Significa que después de superar las primeras fases, comenzaremos a necesitar apoyarnos en nuestras propias sombras para avanzar.

Frets on Fire: el Guitar Hero para el pueblo

Frets on Fire (FoF) es una propuesta con unos cuantos años a sus espaldas (ganó el premio al desarrollo de software en el evento Assembly 2006), pero que todavía seguro que muchos no conocen: se trata, básicamente, de un Guitar Hero en versión freeware, de código abierto, disponible para Windows, Linux y Mac y con, literalmente, miles de canciones disponibles a través de internet.

Para jugar a Frets on Fire ni siquiera es necesario contar con un periférico típico de Guitar Hero o Rock Band. De hecho, se puede jugar simplemente sosteniendo el teclado como si de una guitarra se tratase, usando por defecto Enter como púa y las teclas F1-F5 como trastes.

Así.

De todas formas, Frets on Fire también da la posibilidad de usar los instrumentos de los juegos anteriormente citados, tanto si son los oficiales como cualquiera de los que ofrecen en el mercado varias third-parties. Además, algunos mods permiten el uso de instrumentos MIDI, como baterías electrónicas. Y es que la última versión del fork FoFiX admite bajo, batería, micrófono y por supuesto guitarra, multiplicando la experiencia del Frets on Fire original y equiparándolo a las últimas entregas de las sagas Guitar Hero y Rock Band, donde hasta cuatro jugadores pueden compartir escenario.

Cave Story: una mítica aventura

Cave Story (originalmente Doukutsu Monogatari) es una aventura RPG creada por una sola persona: el desarrollador japonés Pixel. El juego ha sido aclamado por jugadores y especialistas desde su aparición, y es sin duda uno de los mejores juegos freeware de la historia. Queda ya lejos la fecha en que vio la luz, un 20 de diciembre de 2004, pero sería imperdonable que no apareciera aquí.

Cave Story es una aventura RPG en dos dimensiones.

Cave Story nos pone en la piel de un robot soldado que no recuerda su nombre. Poco después de empezar, caemos por accidente en la aldea de unas criaturas subterráneas, los Mimiga. Paralelamente, un hombre encerrado intenta contactar con su hermana Sue sin obtener respuesta, y un malvado doctor está secuestrando a estas pequeñas criaturas para no se sabe qué. Estas historias, y otras, pronto se relacionan entre ellas y dan lugar a una trama interesante que llega a atrapar.

El juego nos traslada a un mundo subterráneo en dos dimensiones con una gran variedad de entornos, la mayoría con un aspecto cavernoso pero a la vez muy distintos entre sí. Además, a lo largo de la aventura nos veremos las caras con una multitud de personajes, enemigos y jefes finales que hacen de este juego algo realmente especial.

Loved: haz lo que te ordeno

¿Eres un hombre o una mujer? Digas lo que digas, lo llevas mal. Loved propone un viaje por las entrañas de un amor posesivo y cruel donde la rebeldía se paga cara.

:(

Sea cual sea nuestra respuesta a esta primera pregunta, en Loved controlamos a un ser antropomorfo (o casi) a lo largo de un mundo plataformero flash en dos dimensiones. Hay un ser desconocido que nos dirige (o no) y que nos suelta en medio de la nada, y deberemos avanzar sorteando obstáculos y trampas. Ocasionalmente, esta presencia que nos habla nos irá dando órdenes que podemos obedecer o ignorar. Si le hacemos caso, el mundo se hará cada vez más agradable a la vista (a costa quizá de sentirnos algo heridos en nuestro amor propio), pero si seguimos a nuestro aire, veremos cómo el mundo en blanco y negro que nos rodea va cambiando: a nuestro alrededor comenzarán a aparecer píxeles de colores, y cuanto más desobedezcamos peor se pondrá la cosa, haciendo más difícil identificar los peligros del entorno. Ah, y nos llevaremos algún que otro insulto.

Achievement Unlocked: ¡logros, logros, logros!

Hace unas semanas os traíamos dos juegos donde el objetivo era comprar todas las mejoras posibles. En la serie de la que hablaremos hoy, lo importante es conseguir logros a partir de cualquier acto imaginable. Me explico.

14 logros conseguidos en menos de dos segundos de juego. Diez segundos más y ya eran 50.

En los tres juegos de la serie Achievement Unlocked controlamos a un elefante azul con el que solo podremos caminar, saltar y suicidarnos. El único objetivo es conseguir cada uno de los logros que aparecen al lado de la zona de juego, cosa que nos llevará un tiempo. En el primer juego, por ejemplo, no hay enemigos, niveles ni nada parecido. Gracias a los números en pantalla, los pinchos, los bloques y, en resumen, cualquier cosa a nuestro alcance, iremos cumpliendo con todo lo necesario, primero a un ritmo increíble fruto de la cantidad de logros estúpidos, y más tarde con más calma. Y es que muchos objetivos se completan casi sin querer, mientras que otros requieren de una planificación más consciente. No es lo mismo saltar por primera vez que comprar 600 caramelos para el Rey Hámster gracias a las 600 monedas previamente recogidas.